Por: Jaime Largo.– Cuando hablo de mi país, se me llena la boca de orgullo y mi mente vuela por toda nuestra geografía en sus 916.445 km², y en ese vuelo me encuentro sobre la majestuosidad de nuestra cordillera andina, colmada de picos que se elevan para llegar al cielo, adornados de un sutil velo blanco que engalana uno de los atractivos más maravillosos del planeta entero, como lo es el sistema Teleférico de Mérida o también conocido como el Mukumbari, hermosa palabra indígena que tiene por significado “Lugar donde duerme el Sol”, llenando mi imaginación de imágenes de nuestro astro rey reposando sobre nuestras Águilas Blancas.
Nuestra aventura de hoy, como ya mencionamos, nos lleva de viaje al icónico Estado Mérida, también conocida como la tierra de la eterna primavera, el techo de Venezuela o la ciudad de los caballeros. El estado Mérida es un lugar de ensueño, montañas, parajes inolvidables y gente buena, honesta y trabajadora, que alberga en sus entrañas rincones de los más pintorescos debido a su belleza única de montañas cubiertas de frailejones, ríos y riachuelos que derraman sus cristalinas aguas sobre sus faldas y tierras ricas en costumbres y tradiciones.
Uno de los principales atractivos del lugar es, sin duda, el teleférico de Mérida, donde tenemos el honor de contar con el más alto del mundo, llegando a las cumbres con una altura de 4.765 m.s.n.m. Este sistema definitivamente es uno de los destinos más deseados y buscados no solo por el turista interno que proviene desde todas las regiones del país, sino que también es un lugar sumamente apreciado y codiciado por el viajero foráneo que busca en este espacio experimentar la sensación de viajar por los aires a través de sus 12,5 kilómetros de trayecto, atravesando la Sierra Nevada, partiendo desde la ciudad de Mérida hasta la cumbre del Pico Espejo. Esta panorámica es única en el mundo por su vistosidad y no puede compararse con ningún otro lugar, independientemente de que posean semejanzas en topografía o atractivos. Nuestro sistema teleférico de Mérida o Mukumbari es una experiencia única e inolvidable que queda plasmada de por vida en nuestros recuerdos y corazones.
Haciendo un poco de historia, esta maravillosa obra se proyectó allá en el año de 1952, durante el gobierno del General Marcos Pérez Jiménez, por un grupo llamado “El Club Andino Venezolano”, con la intención de construir un sistema que facilitara y aliviara el ascenso a la Sierra Nevada, paraje inhóspito e intrincado de nuestros Andes. Este grupo logró que su propuesta fuera aceptada y comenzaron los trabajos de levantamientos topográficos que darían fruto en 1955. Sin perder tiempo, para el año 1956, trazada la ruta, entró en funcionamiento el primer tramo de carga que llegaría hasta la Estación La Aguada, lugar estratégico para el transporte de materiales. El mismo fue edificado con apoyo suizo, francés y alemán, y para el año de 1958, el 50% de la obra estaba construida, para culminarse dos años después, dirigido por el francés Maurice Comte. El mismo ha cerrado sus puertas por temas de mantenimiento y reabierto para el disfrute del público.
El Mukumbari cuenta en su recorrido con 5 estaciones y 4 tramos desde la ciudad hasta el Pico Espejo. Estas estaciones son Barinitas, La Montaña, La Aguada, Loma Redonda y Pico Espejo en la cumbre. Aparte de su atractivo principal, que son las hermosas vistas, estas estaciones cuentan con servicios de restaurantes donde puedes disfrutar de una extensa gama gastronómica y tiendas de souvenirs para llevar aquel recuerdo de tu viaje.
Como siempre lo digo, somos sumamente privilegiados al vivir en un país que es “desierto, selva, nieve y volcán”, sin nombrar nuestras costas hermosas y parajes únicos. Por eso y más, Venezuela es para amarla.
Jaime Largo. Animalista, amante de la naturaleza, senderista, vicepresidente Fundación Colinas de Carrizal.
Correo: jaimel2010@gmail.com @caminandoconjaime2 @jaimelargo2021
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