Por: Lumhaniel.- Los sueños son uno de los estados más enigmáticos de la experiencia humana. A través de ellos, se nos pueden revelar infinidad de informaciones, que si las desciframos, podemos alcanzar la claridad tan añorada; esa que nos puede liberar de un mundo gobernado por el ego.
Durante la noche nuestro cuerpo se recupera, pero la mente jamás se apaga, al contrario, ciertas partes de nuestro cerebro se vuelven más activas que cuando estamos despiertos. Nuestra mente es mucho más compleja de lo que se especula, y en la medida en que vamos despertando y nos conectamos con la supraconciencia, comenzamos a traspasar umbrales que nos llevan a dimensiones o líneas de espacio-tiempo, en las cuales recibimos informaciones que revisten una gran importancia, no solo para nosotros, sino para la humanidad en general.
Recibir información no es privilegio de nadie, pero sí se requiere una conexión que se logra a través de señales que en la mayoría de los casos no le damos importancia o las subestimamos.
En la fase REM del sueño, nuestro cerebro puede estar tan activo como cuando estamos despiertos, y esto no es solamente para generar visiones o fantasías, no, esta compleja jornada va más allá de la supuesta lógica, argumentada desde un punto de vista pragmático.
Durante el sueño, la conciencia puede desplazarse a otras realidades o a otros estados de conciencia que nos pueden aportar informaciones que provienen de otras esferas de existencia.
En estudios realizados sobre experiencias fuera del cuerpo, muchas personas han reportado verse flotando por encima de sus cuerpos dormidos y experimentando agudeza de su sexto sentido, es decir, recibiendo información que a primera impresión no comprenden, porque generalmente en ese complejo rompecabezas parece faltar piezas; piezas que con toda seguridad irán apareciendo en la medida que nuestra conciencia vaya despertando.
La conciencia puede operar independientemente del cuerpo físico, de esto no cabe duda. El sueño definitivamente es un portal hacia otras realidades, realmente no estamos soñando, estamos accediendo a otros niveles de conciencia.
El entrenamiento de la conciencia puede demorar años, no obstante, en un punto determinado de nuestra evolución, comenzamos a encontrar piezas que faltaban para ensamblar realidades que pudieron, en un momento dado, parecernos fantasías.
Los seres humanos tenemos las facultades mentales y energéticas para viajar, por medio de los sueños, tanto al pasado como al futuro y esto explica por qué algunos sueños se hacen realidad.
Durante el sueño, nuestra conciencia puede acceder a información más allá del tiempo lineal. Desde el punto de vista de la física cuántica, el tiempo no es una línea recta, sino un entramado de ondas en donde pueden coexistir presente, futuro y pasado. Esto lo expliqué de una forma muy sencilla y gráfica en mi taller “El Salto Cuántico”.
Nuestra mente está en capacidad de captar eventos que aún no han ocurrido, y más allá, a través de la supraconciencia (quinta dimensión), encontrarnos con nuestro gemelo cuántico, que posee todas las virtudes y cualidades que añoramos.
Durante el sueño, nuestra conciencia se desprende del cuerpo físico y viaja a diferentes lugares, e incluso puede hacer contacto con seres de otras dimensiones, que pueden aportarnos informaciones relevantes, en relación a nuestros procesos de vida, y más allá, a procesos que involucran grupos, comunidades y hasta el planeta.
Debemos estar atentos a las informaciones que recibimos en nuestros sueños, por más descabelladas que parezcan, porque hoy puede que no les encontremos lógica, pero en algún momento nos llega el fragmento que faltaba y completamos una información tan relevante que puede cambiar nuestras vidas.
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Lumhaniel: Psicoastrólogo, Sanador energético integral, Psicoterapeuta de familia y pareja, Sanador con Archivos Akáshicos, escritor, cineasta, productor de radio y TV.
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