América Latina
Renuncia el primer ministro de Perú antes de enfrentar moción de censura
El jefe del gabinete ministerial dimitió antes de someterse a una moción de censura, en medio de una crisis de seguridad y baja aprobación ciudadana.

El primer ministro de Perú, Gustavo Adrianzén, renunció este lunes a su cargo, un día antes de enfrentar una moción de censura en el Congreso. La decisión responde a cuestionamientos sobre su presunta incapacidad para combatir la creciente ola de criminalidad que afecta al país.
“Presidenta, pensando en los altos intereses de la patria, me asiste hoy el deber de presentar ante usted mi renuncia irrevocable al cargo de presidente del Consejo de Ministros”, expresó Adrianzén junto a la mandataria Dina Boluarte y el resto del gabinete.
Su salida ocurre pocas horas después de que se juramentaran tres nuevos ministros, designados por él mismo junto a Boluarte. No ofreció explicaciones sobre su renuncia ni sobre el nuevo escenario político que deja a su paso.
Presión parlamentaria y baja aprobación aceleraron su salida
Diversas bancadas del Congreso habían impulsado una moción de censura contra Adrianzén. Los legisladores lo acusaron de no tomar acciones efectivas frente al aumento de la criminalidad, especialmente en zonas urbanas y fronterizas.
La renuncia evitó el desgaste institucional que habría implicado una votación parlamentaria adversa. La moción debía discutirse y votarse este martes.
Adrianzén defiende su gestión en medio de críticas ciudadanas
Durante su intervención, Adrianzén aseguró que su paso por el Ejecutivo estuvo marcado por “logros imposibles de enumerar”. Añadió que le tocó gobernar “en las horas más difíciles”, aunque asumió el cargo cuando ya habían cesado las protestas masivas que gestionó su antecesor, Alberto Otárola.
No obstante, los datos reflejan un fuerte rechazo a la administración. La última encuesta nacional reportó una aprobación casi nula hacia la presidenta Boluarte y su equipo de gobierno.
Dina Boluarte queda expuesta ante el desgaste institucional
La renuncia del primer ministro supone un nuevo golpe para el gobierno de Dina Boluarte, cuyo liderazgo atraviesa una profunda crisis de legitimidad. La presidenta deberá designar un nuevo gabinete para continuar su gestión.
El Congreso, por su parte, evalúa su rol en la gobernabilidad del país en medio de un contexto marcado por la inseguridad y la desconfianza popular.
Vía EFE