Por: Pedro Vicente Rodríguez Calderón.- Pensé mucho antes de escribir este artículo, no soy especialista en estudios de la mente, tan sólo soy un ser que ha vivido con estrés, ansiedades, depresiones, tensiones, tristezas, peligros y riesgos, pero también alegrías, amores, actividades relajantes y recreativas, disfrute en el hacer, gusto en el compartir, saborear momentos diversos y, sobre todo, mantener la esperanza en la vida que vivimos.
Sabemos lo delicado que es involucrarnos en temas de “salud mental”, por ello, les recomendamos leer este artículo como si estuviésemos conversando desde una experiencia de vida particular. Lo primero que me ha ayudado es reconocer la diversidad natural y humana, que no todos vemos las realidades con la misma mirada, cada cual responde a sus miradas según sea su marco de creencias sobre las cosas y sobre la vida, lo igual es que todas y todos somos diferentes.
Otra de las convicciones que ayudan es valorar las cosas agradables, “buenas” y comunes; por encima de las situaciones negativas y que nos alejan. Leer e interpretar la poesía, la naturaleza, la música, el arte, la parte buena de nuestras actividades y lo inevitable de la vida, en general, suele ayudarnos a una mejor calidad de vida, al menos en nuestras mentes. Esto incluye ver la vida y la muerte como hechos naturales e inevitables.
Así vamos por la vida, con nuestra mente indicando el camino. A esa gobernante que es nuestra mente, hay que nutrirla con las comprensiones necesarias sobre la vida y la muerte, con las cosas buenas por encima de las no tan buenas, con lo que nos une, con la belleza y la alegría que nos obsequia la vida.
“Mantén tu rostro siempre hacia la luz del sol, y las sombras caerán detrás de ti”. W. Whitman
Por: Pedro Vicente Rodríguez Calderón
Educador, Comunicador y Político
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