Por: Lumhaniel.- Hablar de carácter fuerte, en la mayoría de los casos, resulta ser lo contrario. Claro está, esto según la información que recibimos sobre cómo se puede definir el carácter de una persona. Los conceptos generalmente están invertidos, por lo tanto, cuando decimos que una persona malvada, narcisista, perversa o dominante tiene un carácter fuerte, estamos muy lejos de la realidad. Las personas egoístas, protagónicas, manipuladoras y las que se dejan llevar por otras bajas pasiones son, en realidad, muy débiles. Por eso necesitan engañar, estafar, dominar o hacer daño, ya que su carácter es tan frágil que solo pueden conseguir lo que desean o necesitan a través del engaño y la manipulación de otros.
Identificar a estas personas no resulta fácil, porque pueden llegar a ser tan falsas que incluso nos hacen creer que son nuestras aliadas, cuando en realidad están montando complots para perjudicarnos o desprestigiarnos, con el fin de obtener sus oscuros propósitos.
Estas personas parecen inofensivas; no obstante, su debilidad y baja autoestima las empuja a convertirse en lobos con piel de cordero. Nos pueden jurar lealtad, pero cuando creen que pueden obtener un beneficio personal, no tienen límites en sus acciones.
Tener un carácter fuerte va mucho más allá de ser dominante; es tener autodominio, es no tomarse nada personal, es comprender las situaciones por las que pasan los demás, es practicar el altruismo, es asumir la responsabilidad sobre nuestros actos sin endilgársela a nadie. En resumen, una persona con un carácter fuerte aporta soluciones que repercuten positivamente en el grupo; soluciones que, sin dejar de beneficiarla, también benefician a los demás.
Es oportuno citar una máxima del filósofo Séneca: “El alma que no se disciplina, se destruye a sí misma y a todo lo que le rodea”. Esta cita describe claramente el resultado de tener un carácter débil, porque, aunque estas personas piensen que se han salido con la suya, el Karma inexorable se encargará de cobrarles en su debido momento. Ahora bien, ¿estas personas están condenadas sin oportunidad de redención? Definitivamente no. Estamos en este transe maravilloso llamado “vida” para aprender, y si estas personas hacen un esfuerzo, en algún momento podrán fortalecer su carácter, sustituyendo sus malas prácticas por buenas actuaciones. El remedio para una mala costumbre es la costumbre contraria. Claro está, esto no será nada fácil, pero si cultivan la voluntad, más temprano que tarde lograrán dominar sus bajas pasiones y comenzarán a actuar desde el amor. Solo así alcanzarán el equilibrio, la serenidad y, en resumen, la paz que produce la bondad.
El universo, en su infinita generosidad, siempre nos dará la oportunidad de redimirnos y hacernos acreedores de todas las cosas que deseamos, sin necesidad de dañar a nadie y mucho menos creer que subimos, cuando en realidad estamos bajando a otros con nuestras actuaciones y conspiraciones.
Preparémonos, pongamos nuestro foco en el amor y en la justicia divina, y veremos cómo nuestra vida se irá alineando con las vibraciones que nos conectan con la prosperidad integral.
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Lumhaniel: Psicoastrólogo, Sanador energético integral, Psicoterapeuta de familia y pareja, Sanador con Archivos Akáshicos, escritor, cineasta, productor de radio y TV.
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