Estados Unidos revocó este martes las licencias que permitían a empresas energéticas de Trinidad y Tobago operar en Venezuela, lo que obliga a suspender proyectos conjuntos de gas natural en aguas marítimas compartidas. Así lo confirmó Stuart Young, primer ministro de Energía de ese país caribeño.
La decisión afecta directamente a la compañía Shell, la firma británica BP y a la Compañía Nacional de Gas de Trinidad. Estas empresas tenían acuerdos activos con Venezuela para la exploración y explotación de gas natural en alta mar, especialmente en el yacimiento Dragón, ubicado al noreste de la península de Paria.
“El Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha informado que no extenderá las licencias. Tendremos que cesar operaciones antes del 27 de mayo”, precisó Young en una declaración recogida por medios trinitenses y agencias internacionales.
Estos permisos formaban parte de una flexibilización temporal de sanciones económicas impuestas por Washington al gobierno venezolano, que permitía ciertos proyectos energéticos bilaterales en el marco de negociaciones diplomáticas.
La revocatoria representa un revés para Trinidad y Tobago, que buscaba asegurar el suministro de gas natural para su industria energética local. También afecta las expectativas del gobierno venezolano de captar inversiones extranjeras a través de alianzas energéticas.
El retiro obligado de estas empresas se da en un contexto de endurecimiento de las sanciones estadounidenses contra Venezuela, luego de que Washington advirtiera sobre incumplimientos de acuerdos electorales y democráticos.
A pesar de los avances en las negociaciones sobre el gas del campo Dragón —considerado estratégico para ambos países—, las condiciones impuestas por EE.UU. ahora impiden su ejecución inmediata.
Vía EFE/Unión Radio