El Maya

Por: Lumhaniel.- La palabra «Maya» resuena en nuestros oídos, familiar y misteriosa a la vez. La hemos escuchado en diversas ocasiones, pero ¿conocemos su verdadero significado? Es probable que la mayoría de nosotros le atribuyamos una definición que dista mucho de su profundo origen. «Maya» proviene del sánscrito, una antigua lengua de la India, y se traduce como ilusión.

Esta simple palabra encierra una verdad que define gran parte de nuestra existencia. Pasamos un porcentaje significativo de nuestras vidas inmersos en esta ilusión, construida por nuestras percepciones, nuestras creencias y las proyecciones de nuestro ego. Nos aferramos a una realidad que creemos sólida e inmutable, sin darnos cuenta que es una construcción, una «mala película» que nos impide ver más allá.

Sin embargo, hay un punto de inflexión. Existe un momento, quizás sutil, quizás impactante, en el que logramos un despertar. Este despertar no siempre es total o repentino; a veces, se manifiesta como un pequeño destello de nuestra supraconciencia. Es como si una tenue luz se encendiera en medio de la oscuridad, permitiéndonos vislumbrar por un instante la verdadera naturaleza de las cosas.

Es en ese momento crucial, cuando esa chispa de conciencia se enciende y comenzamos el verdadero viaje. Un viaje destinado a romper el maya, a desmantelar esas construcciones ilusorias que nos han mantenido cautivos. Este camino es diáfano, es decir, claro y sin obstáculos, una vez que comenzamos a ver más allá de las falsas apariencias. Es un sendero que nos conduce hacia una realidad que trasciende con creces, la narrativa limitada, y a menudo dolorosa que el mundo del ego nos presenta.

Este concepto nos invita a una profunda reflexión: ¿Qué tan verdadera es la realidad que percibimos? ¿Qué aspectos de nuestra vida están condicionados por esta ilusión, por las construcciones mentales y sociales que nos rodean? Despertar a la supraconciencia implica cuestionar, observar y discernir más allá de lo aparente, para poder comenzar a vislumbrar una verdad más profunda y auténtica. Es un llamado a liberarnos de las ataduras de la ilusión y a embarcarnos en la búsqueda de nuestra propia verdad esencial, aquella que reside más allá de las sombras de «Maya».

Para romper el maya, el consejo más contundente es este: practiquemos la auto-observación constante y desapasionada. Analicemos nuestros pensamientos, nuestras emociones y las reacciones como si fuéramos espectadores imparciales. No juzguemos, solo observemos. Al hacer esto, comenzaremos a reconocer los patrones de nuestro ego y las ilusiones que ha creado, permitiendo que la luz de nuestra supraconciencia ilumine el camino hacia una realidad más allá de lo que creíamos posible. Las señales serán muy claras, porque empezaremos a dejar de prestar atención a los acontecimientos que no contribuyen en nada para nuestro avance como almas en evolución. Recuperaremos nuestros dones sagrados y los multiplicaremos, porque ya no malgastaremos nuestra energía en enfrentarnos a circunstancias que son creadas por el ego, y que nos inducen a seguir patrones que, lejos de elevarnos, nos hunden en situaciones que retrasan nuestra evolución, por seguir conectados con la mentira, el engaño y toda la estructura de la falsa realidad como la percibimos.

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Lumhaniel: Psicoastrólogo, Sanador energético integral, Psicoterapeuta de familia y pareja, Sanador con Archivos Akáshicos, escritor, cineasta, productor de radio y TV.

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