Códigos de amor
Nuestro verdadero plan de vida
Redefinir nuestras metas y enfocarnos en el bienestar colectivo nos permitirá dejar un legado positivo. La verdadera misión de vida trasciende el ego y se manifiesta en acciones altruistas.
Por: Lumhaniel. – Cuando hablamos de plan de vida, no nos referimos a los objetivos casi siempre materiales que en la mayoría de los casos consideramos nuestras metas finales, sin tomar en cuenta otros factores mucho más importantes, tales como la búsqueda de nuestro verdadero poder y el cumplimiento de nuestro verdadero plan de vida basado en el proceso evolutivo de nuestra alma. Este proceso es individual; sin embargo, no puede realizarse sin la complementaria fusión e integración con un universo en el cual no se mueve una hoja sin generar una causa y un efecto. Por tanto, nuestro proceso individual de evolución no podrá divorciarse jamás del resto de los procesos de todos los seres que habitan nuestro planeta.
Cuando tomamos conciencia de que en realidad formamos parte de un todo y que todas nuestras acciones y pensamientos inciden en él, cambia nuestra percepción de la realidad y comenzamos a orientar nuestros objetivos hacia el equilibrio espiritual y, por ende, hacia la hermandad, abandonando la absurda carrera en pro de la acumulación de bienes materiales, poder y control de nuestros hermanos.
Se nos hace fácil criticar y descalificar cualquier iniciativa o sistema que no satisfaga nuestras necesidades ególatras e individualistas; pero si se nos pregunta: ¿qué aportamos nosotros para que este mundo sea más justo y equitativo?, no encontramos respuesta porque en realidad no hacemos nada. Ni siquiera somos capaces de dar un mensaje de esperanza y aliento al atribulado hermano, mostrándonos indiferentes ante las necesidades, carencias y dolor de nuestros congéneres. No permitimos que fluya la nobleza de nuestra alma, confundiendo así nuestra verdadera misión de vida, aquella que va más allá de nuestro ego, aquella que poco a poco nos va dando luces y mostrándonos el camino para dejar un verdadero legado, una pequeña contribución; una porción de amor altruista que aporte un grano de arena en la evolución de la humanidad.
No perdamos la oportunidad de dar, de hacer un trabajo que beneficie a muchos; no discriminemos a nuestros hermanos por creernos superiores. Recordemos que en la medida en que trabajemos por nuestro prójimo y contribuyamos a que mejoren sus condiciones de vida, recibiremos doblemente las bendiciones que hemos aportado, porque es dando que se recibe. “ESA ES LA LEY”.
Lumhaniel: Psicoastrólogo, Sanador energético integral, Psicoterapeuta de familia y pareja, Sanador con Archivos Akáshicos, escritor, cineasta, productor de radio y TV.
@lumhaniel lumhaniel@gmail.com
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