Historia Viva
Día de Acción de Gracias: la celebración que nació entre la muerte y la esperanza
La primera cena de Acción de Gracias duró tres días y solo 53 peregrinos sobrevivieron para celebrarla. Detrás de la tradición más familiar de Occidente se esconde una historia de hambre extrema, pactos olvidados y un banquete que cambió el destino de un continente.
El invierno que mató a la mitad de los colonos
Especial. – El Mayflower ancló en Plymouth en noviembre de 1620 con 102 pasajeros. Solo 53 vieron la primavera. El invierno los obligó a vivir hacinados en el barco mientras el escorbuto, la neumonía y la desnutrición acababan con familias completas. Algunos días morían dos o tres personas. No había medicinas, leña suficiente ni alimentos frescos, así inició la historia del Día de Acción de Gracias.
Los supervivientes enterraban a sus muertos de noche para que los nativos no descubrieran cuán débiles estaban. El terror a un ataque era constante. La soledad en tierra extraña, absoluta.
El hombre que habló inglés y salvó una colonia
En marzo de 1621 apareció un nativo llamado Samoset. Caminó directamente hacia los colonos y dijo: «Welcome, Englishmen». Había aprendido inglés de pescadores europeos. Días después trajo a Squanto, un miembro de la tribu Patuxet que hablaba inglés con fluidez porque había sido secuestrado años atrás y llevado a Europa como esclavo.
Squanto enseñó a los colonos a plantar maíz usando pescado como fertilizante, a pescar anguilas y a identificar plantas venenosas. Sin él, Plymouth, el nombre del asentamiento en Massachusetts (EE. UU.) donde se celebró la primera Acción de Gracias en 1621, habría desaparecido antes del verano. El conocimiento técnico de los indígenas fue la diferencia entre la extinción y la supervivencia.
Todo para celebrar Acción de Gracias y llenar tu mesa de gratitud
El banquete que duró tres días y no tenía pavo
En octubre de 1621, tras la primera cosecha exitosa, el gobernador William Bradford organizó una celebración. Invitó al líder wampanoag Massasoit, quien llegó con 90 guerreros. Los nativos superaban en número a los colonos casi dos a uno.
El festín duró tres días. No hubo pavo: comieron venado, patos, gansos, anguilas, mariscos, maíz y calabaza. Los wampanoag aportaron cinco ciervos. Jugaron, compitieron en tiro y sellaron una alianza militar que duraría más de 50 años.
Ninguno de los presentes sabía que estaban creando el mito fundacional de una nación.
La masacre que nadie recuerda en la cena
En 1637, apenas 16 años después de aquel banquete, colonos ingleses rodearon una aldea pequot en Connecticut. Quemaron vivos a más de 400 nativos, incluidos niños y ancianos. El gobernador de Massachusetts declaró un día de acción de gracias por la victoria.
Durante décadas, las celebraciones de Thanksgiving coincidieron con matanzas y desplazamientos forzados. Para muchos pueblos originarios, la fecha simboliza el comienzo de un genocidio cultural y territorial que nunca se detuvo del todo.
Lincoln convirtió el dolor en unidad nacional
La festividad no fue oficial hasta 1863. En plena Guerra Civil, Abraham Lincoln proclamó Acción de Gracias como fiesta nacional. Lo hizo en el momento de mayor división del país, cuando más de 600,000 estadounidenses morirían en combate.
Lincoln buscaba un símbolo de unidad. Eligió una historia de supervivencia compartida. La estrategia funcionó: Acción de Gracias se consolidó como la celebración más transversal de Estados Unidos, más allá de religiones o ideologías.
Canadá celebra antes porque el invierno llega antes
Canadá adoptó la tradición en 1879, oficializándola en 1957. La fecha se fijó en octubre porque las cosechas terminan antes que en Estados Unidos. El frío extremo obligaba a agradecer rápido: después de octubre, la tierra se congelaba y la supervivencia dependía de lo almacenado.
El sentido canadiense de Thanksgiving es menos comercial y más cercano al origen agrícola. Las familias se reúnen, pero el consumo no domina la narrativa.
Liberia: cuando ex esclavos crearon su propio Thanksgiving
Liberia celebra Acción de Gracias el primer jueves de noviembre desde 1883. La nación fue fundada por esclavos liberados de Estados Unidos que volvieron a África. Para ellos, agradecer significaba haber sobrevivido a la esclavitud, al cruce del Atlántico y a la construcción de un país desde cero.
Tras 14 años de guerra civil que terminó en 2003, la fecha adquirió un significado renovado: agradecer la paz en medio de las ruinas.
El desfile que comenzó con inmigrantes disfrazados
El desfile de Macy’s en Nueva York comenzó en 1924. Los empleados de la tienda, en su mayoría inmigrantes europeos recientes, marcharon disfrazados de animales para celebrar su nueva vida en América. Los globos gigantes llegaron en 1927.
Hoy lo ven más de 50 millones de personas. El desfile transformó Acción de Gracias en espectáculo masivo, pero también en símbolo de pertenencia para quienes aún buscan un lugar en el país.
El Viernes Negro: de la gratitud al consumo en 24 horas
El día siguiente a Acción de Gracias se convirtió en la jornada de mayor consumo del año. El término «Black Friday» surgió en los años 60 en Filadelfia, donde el tráfico y el caos comercial colapsaban la ciudad.
La contradicción es evidente: agradecer lo que se tiene un día, para acumular más al siguiente. El ciclo refleja la tensión entre gratitud y deseo que define gran parte de la cultura contemporánea.
Migrantes: celebrar en país ajeno con la mesa vacía
Para millones de latinoamericanos, africanos y asiáticos en Estados Unidos, Acción de Gracias es un día de ausencias. La nostalgia reemplaza la abundancia. La mesa está llena, pero faltan las voces esenciales.
Algunos migrantes adoptan la tradición como acto de pertenencia. Otros la viven como recordatorio doloroso de todo lo que dejaron atrás. La celebración revela quiénes están incluidos en la narrativa nacional y quiénes siguen en los márgenes.
La gratitud que honra el pasado sin borrarlo
Acción de Gracias sigue siendo la celebración más transversal de Norteamérica. Pero su poder reside en la tensión que contiene: gratitud y culpa, abundancia y exclusión, memoria y olvido.
Agradecer auténticamente implica reconocer que la prosperidad tuvo costos humanos brutales. Que la mesa compartida no siempre incluyó a quienes hicieron posible la cosecha. Que la unión familiar de hoy se construyó sobre rupturas que aún no sanan del todo.
La verdadera gratitud no borra la historia. La asume, la honra y se compromete a que los próximos banquetes sean más justos, más inclusivos y más honestos.
Fuente de la información
Registros históricos de Plymouth Plantation, documentos de la tribu Wampanoag, archivos presidenciales de Abraham Lincoln, estudios académicos sobre tradiciones norteamericanas y testimonios de comunidades originarias.
Datos adicionales que sorprenden
- De los 102 pasajeros del Mayflower, solo 53 sobrevivieron el primer invierno
- La tribu Wampanoag había perdido el 90% de su población por epidemias europeas antes de 1621
- El primer festín no incluyó ni puré de patatas ni pastel de calabaza: esos cultivos aún no se consumían así
- Franklin D. Roosevelt movió la fecha en 1939 para alargar la temporada de compras navideñas
- En 2023, más de 46 millones de pavos fueron consumidos en Estados Unidos solo en Acción de Gracias
- La tribu Wampanoag declara el día como de luto nacional desde 1970
✍️ Daxy Oropeza | @daxyoropeza
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