Opinión
Ánimas de Venezuela
Las ánimas forman parte del imaginario religioso venezolano. Son espíritus a quienes se les atribuyen favores, apariciones y milagros, y reúnen miles de devotos cada año.
Por: Jaime Largo. – En nuestro encuentro de hoy vamos a conocer un poco más acerca de un tema conocido por algunos, desconocido por muchos. En nuestro país, y todos lo sabemos, tenemos una inmensa cultura de ritos, leyendas y cuentos de camino que a la mayoría nos intrigan y causan curiosidad, temor y hasta miedo en la población, quizá por desconocimiento.
Los invito a acompañarme en una aventura por lo paranormal; algunos dirían “cosas del más allá”. Vamos a hablar de las Ánimas, esos seres de los que hemos escuchado hablar a nuestras abuelas, parientes y amistades. Son frecuentes las historias de fantasmas y aparecidos que maneja el venezolano y, probablemente, en alguna oportunidad, en una noche sin luz, en una acampada o reunión familiar o con los amigos, nos hemos sentado a escuchar leyendas acerca de aparecidos, duendes, fantasmas o espíritus, hayan creído escuchar o presenciar algo fuera de lo normal.
Por lo tanto, primero conozcamos un poco más de lo que es o son las ánimas. Dentro de la cultura religiosa de nuestro país, resaltan unos seres muy particulares, objeto de un sinfín de rituales y actos devocionales; nos referimos a las ánimas. Generalmente las definimos como personas que, después de fallecer, realizan apariciones, favores y hasta milagros a los vivos.
Ciertamente, una de “las apariciones” más populares antes de la llegada de la energía eléctrica a Venezuela era la referida a las ánimas. Las ánimas son las almas de personas que han muerto y, a causa de sus pecados, “permanecen en el limbo o purgatorio, un lugar temible en el que, rodeados de fuego y de angustia, deben esperar allí hasta que la mancha de sus pecados desaparezca y sean dignos de ascender al cielo. Para lograr esta purificación, las almas deben estar en continua oración, rogando perdón a Dios”. En Venezuela, el 2 de noviembre se celebra el Día de las Ánimas.
Como experiencia personal, recuerdo que Bedalina, mi mamá —y de ahí es que se dé su existencia— hablaba de ellas y fue muy devota. De hecho, como hijo menor siempre fui muy apegado a mis padres de niño, al punto que me encantaba dormir con ellos. Debido a la profesión de militar de mi papá, él pasaba algunos periodos fuera de casa, ya fuese por viajes de estudio o trabajo. En esas noches en que dormía junto a mi madre recuerdo claramente que la escuchaba susurrar algunas plegarias y petitorios. Con la curiosidad de niño siempre sentí mucha intriga por ese ritual antes de ir a dormir; era algo normal y para nada atemorizante, ya que, según ella me explicaba, estos seres necesitan mucha luz y oraciones para encontrar su destino final e imaginaba que era algo bueno elevar esas plegarias. Sin embargo, nunca entendí mucho el tema; lo cierto es que la devoción hacia ellas genera en las personas mucha fe; siempre les pedía por nuestro bien y seguridad, recuerdo.
En torno a esta devoción que muchos sienten, podemos nombrar algunas de las más conocidas como el Ánima Sola, las Ánimas de Guasare, Ánima de María Francisca Duarte o Taguapire, quienes tienen sus devotos y viajan largas distancias para rezar por ellas y realizar alguna petición.
El coraje de algunas personas era puesto a prueba durante el siglo XIX, al caminar por Caracas a oscuras y en solitario. Muchos de estos noctámbulos eran bebedores o universitarios que afirmaban haber escuchado rezar a las ánimas y otros aseguraban haber sido testigos de una multitud confusa y devota en la oscuridad, en medio de un canto religioso.
El mensaje que quiero compartir es que no siempre lo desconocido es malo; todo depende de la fe que pongamos en ello. Por sus historias, cuentos y leyendas, sigo y seguiré enamorado de mi Venezuela bella.
*Jaime Largo. Animalista, amante de la naturaleza, senderista, vicepresidente Fundación Colinas de Carrizal.
Correo: jaimel2010@gmail.com @caminandoconjaime2 @jaimelargo2021
