ECONOMÍA SIN CORBATA / ¿es conveniente endeudarse?

Por: Oscar Bustamante.- El préstamo y el crédito han sido herramientas financieras fundamentales para adquirir deudas. Su origen se remonta a las civilizaciones antiguas y está ligado al surgimiento de las primeras organizaciones sociales y del comercio. A lo largo de la historia, estos mecanismos se desarrollaron desde tiempos inmemoriales hasta llegar a la banca moderna y a los instrumentos financieros actuales.

El préstamo consiste en entregar a una persona o empresa la totalidad de un monto solicitado. Luego, este se paga en cuotas fijas o variables que incluyen porciones del capital entregado y sus respectivos intereses, dentro de un plazo previamente determinado.
Por ejemplo, cuando acudo a un banco para solicitar dos millones de bolívares con el fin de adquirir un vehículo, el monto aprobado lo recibo en su totalidad. Posteriormente, el banco calcula las cuotas mensuales que deberé cancelar hasta que la deuda sea saldada.

En el caso del crédito, el ente financiero pone a disposición del cliente un límite máximo de dinero, del cual puede disponer parcial o totalmente según sus necesidades. Los intereses se calculan sobre el monto efectivamente utilizado y, una vez que el dinero se devuelve, el cliente puede volver a usar el crédito disponible.

Tanto las personas como las empresas recurren al crédito. En el caso de las empresas, lo hacen para obtener los fondos necesarios que les permitan crecer e invertir cuando su capital propio es insuficiente. Este proceso obedece a una planificación que permite visualizar el futuro: se calculan los costos y beneficios, y se proyectan los ingresos netos para determinar su conveniencia. Para ello, las empresas cuentan con personal especializado que les ayuda a evaluar la mejor decisión.

Ahora bien, las personas o ciudadanos comunes deben realizar una evaluación exhaustiva de su situación financiera para determinar su capacidad real de pago y evitar el sobreendeudamiento. El paso más crucial es saber cuánto dinero puede destinarse al pago de deudas cada mes sin comprometer el presupuesto familiar. Una regla práctica recomienda distribuir los ingresos de la siguiente manera: 50 % para necesidades básicas, 30 % para gastos personales y 20 % para ahorros y pago de deudas.

También es fundamental identificar la razón del endeudamiento: ¿para qué necesito acudir al crédito?, ¿puedo pagarlo sin comprometer mis gastos básicos?, ¿es realmente necesario? Estas son preguntas esenciales que deben responderse antes de caer en la tentación del “dinero adicional”.

Finalmente, es importante señalar que existen “deudas buenas” —aquellas que permiten adquirir bienes o activos que aumentan de valor o generan ingresos— y “deudas malas”, que se destinan a financiar bienes que pierden valor o gastos innecesarios, como las compras impulsivas en los centros comerciales.

En resumen, acudir a un préstamo o crédito implica endeudarse de manera responsable, lo cual requiere solvencia, propósito y pleno conocimiento de las condiciones.
Nunca te endeudes por encima de tu capacidad real de pago.

Por: Oscar Bustamante: Economista, Máster en Marketing y Dirección Comercial. Profesor universitario, consultor en planificación estratégica y exgerente de Eli Lilly de Venezuela. @oscarbm50

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