Autocuidado en la primera línea: cómo sanar a quienes atienden el dolor ajeno

Especial. –  Los profesionales de la salud mental, trabajadores sociales y defensores de derechos humanos enfrentan un riesgo silenciado: el deterioro de su bienestar mientras ayudan a otros.

Los psicólogos, trabajadores sociales, promotores y defensores de derechos humanos están presentes cuando la violencia golpea, sin embargo, pocas veces se pregunta quién los cuida a ellos, la psicóloga María Mercedes Armas explica los efectos devastadores del acompañamiento profesional en contextos de violencia.

«Cuando son profesiones que tienen que ver con trabajar con personas, todas generan un monto de estrés bastante elevado», señala Armas. Las profesiones de cuidado demandan fortalezas específicas del profesional para afrontar situaciones retadoras.

El peso de la empatía profesional

Los casos más desafiantes involucran niños maltratados, personas violentadas o individuos en carencia extrema, estas situaciones crean distancias significativas entre quien brinda apoyo y quien lo recibe.

«Es necesaria la empatía, cuando estoy atendiendo a alguien puedo ponerme en los zapatos de esa persona, eso implica un desgaste», explica la especialista. El riesgo surge cuando el profesional asume el rol de «salvador», sacando recursos propios sin reponerlos.

La empatía excesiva puede generar sentimientos de impotencia, los profesionales experimentan la necesidad de salvar a otros, pero este comportamiento resulta contraproducente para su propia estabilidad emocional, explica.

Señales de alarma en profesionales de ayuda

La falta de empatía representa una señal de alerta temprana, «Cuando siento que mi empatía baja es porque no me estoy cuidando», advierte Armas, esta situación puede llevar al distanciamiento emocional como mecanismo de protección.

Los efectos físicos incluyen dolores corporales, falta de energía, alteraciones del sueño y cambios en patrones alimentarios, también aparecen modificaciones en la vida sexual y pérdida de la capacidad de disfrutar actividades sociales.

En el ámbito emocional, los profesionales tienden al aislamiento social, pierden interés en actividades recreativas y experimentan dificultades para conectar con otros fuera del trabajo.

Cuando el trabajo afecta la visión de la vida

El impacto más profundo ocurre a nivel existencial, los profesionales pueden desarrollar conclusiones negativas sobre la vida: «no se puede confiar en nadie», «la vida es un eterno sufrimiento» o «no vale la pena hacer esfuerzos».

Armas comparte su experiencia personal: «Recientemente pasé por una situación emocional difícil. Al atender casos de niños vulnerables, terminé llorando después de las sesiones». Esta reflexión ilustra cómo las circunstancias personales amplifican el impacto profesional.

Factores de riesgo internos y externos

Los profesionales deben identificar sus propias vulnerabilidades. La desconexión personal representa un factor de riesgo importante, «Tenemos que estar conscientes de cuáles son nuestras propias vulnerabilidades», enfatiza la psicóloga.

Las situaciones temporales que afectan el equilibrio incluyen problemas familiares, económicos, de salud o laborales, estos elementos reducen la capacidad de afrontamiento profesional.

La formación inadecuada constituye otro riesgo, los profesionales sin capacitación específica se sienten perdidos ante situaciones complejas, aumentando su vulnerabilidad emocional.

Estrategias de autocuidado profesional

El autocuidado trasciende la terapia individual. Incluye actividades recreativas, culturales, descanso adecuado y relaciones sociales saludables, «El autocuidado tiene que ver con crear una red de apoyo para nosotros mismos», explica Armas.

Los profesionales deben evitar acumular vacaciones y mantener espacios libres del contacto con situaciones traumáticas, la actividad física, el tiempo familiar y las relaciones de pareja requieren atención consciente.

Recomendaciones para instituciones

Las empresas e instituciones deben crear grupos de autocuidado para sus empleados, estos espacios permiten compartir experiencias similares y desarrollar estrategias colectivas de apoyo.

«Sería genial que las instituciones de salud, las que dan apoyo legal y trabajan con víctimas de violencia implementen estos grupos», sugiere la especialista, el apoyo institucional resulta fundamental para prevenir el desgaste profesional.

Los conversatorios y talleres especializados ofrecen herramientas prácticas, permiten que los profesionales drenen sus experiencias en espacios de respeto y empatía mutua.

El equilibrio entre dar y recibir

Los profesionales deben evaluar constantemente su situación laboral, un ejercicio útil consiste en crear una balanza: identificar qué elementos del trabajo suman energía y cuáles la restan.

«No puedes estar todo el tiempo dando sin que haya algo que te alimente», concluye Armas. El equilibrio entre entrega profesional y cuidado personal determina la sostenibilidad de estas vocaciones esenciales.

La reflexión personal constante y la búsqueda de apoyo profesional cuando sea necesario garantizan un servicio de calidad sin sacrificar el bienestar personal.

Daxy Oropeza @daxyoropeza

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Contacto: mariamercedesarmas2112@gmail.com | 0414-2613093 | @psico.mm.armas

Fuente: Entrevista exclusiva con la psicóloga María Mercedes Armas