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Cardenales se preparan para elegir al nuevo papa en el cónclave
El Vaticano ultima los preparativos para un nuevo cónclave. La Capilla Sixtina y otros espacios del Estado más pequeño del mundo se blindan para preservar el secreto de una elección decisiva.

En la tarde del martes 7 de mayo, la Capilla Sixtina volverá a sellarse para dar inicio al cónclave que elegirá al nuevo pontífice tras la muerte de Francisco. Un total de 133 cardenales menores de 80 años asumirán la histórica responsabilidad de decidir el rumbo de la Iglesia Católica.
El cónclave se desarrollará bajo un estricto protocolo de aislamiento. La Capilla Sixtina, con el imponente Juicio Final de Miguel Ángel, se convertirá en el epicentro del proceso. Es el lugar donde, desde 1492, se han elegido 25 papas. Esta será la vigésima sexta ocasión.
Los cardenales no dormirán allí. Se alojarán en la Domus Sanctae Marthae, una residencia de cinco plantas ubicada dentro del Vaticano. Fue inaugurada en 1996 por Juan Pablo II. El papa Francisco vivió allí desde 2013 hasta su muerte, el 21 de abril de 2025. Cada habitación se asignará por sorteo.
El trayecto entre la Casa Santa Marta y la Capilla Sixtina, aunque corto, se realizará bajo vigilancia. Los purpurados serán trasladados en minibuses o podrán caminar rodeando la basílica de San Pedro. La privacidad será absoluta.
“La Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis establece que el cónclave se realice exclusivamente dentro de los muros vaticanos”, recordaron fuentes de la Santa Sede. La normativa busca garantizar total confidencialidad y evitar interferencias externas.
Desde la Capilla Paulina partirá la procesión solemne que conducirá a los cardenales hasta la Sixtina. Allí permanecerán hasta alcanzar un consenso. Tras la elección, el nuevo papa será conducido a una pequeña sala conocida como “la sala de las lágrimas”.
Este espacio, ubicado junto a la Sixtina, recibe su nombre por la emoción que suele embargar al cardenal recién elegido. Es allí donde se viste por primera vez con el hábito blanco.
El mundo conocerá al nuevo líder espiritual cuando, tras la fumata blanca, se escuche el tradicional “¡Habemus papam!” desde la logia central de la basílica de San Pedro.
El Vaticano, con una extensión de solo 0,44 km², es el estado independiente más pequeño del mundo. El humo negro indica que no hay consenso; el blanco, que hay papa.
Vía EFE.