Juan Luis Cipriani, primer miembro del Opus Dei elevado al cardenalato, desafía las sanciones papales y participa en el cónclave, desatando una nueva controversia dentro del Vaticano.
El Vaticano se encuentra nuevamente en el centro de la controversia tras la aparición pública del cardenal peruano Juan Luis Cipriani, quien fue apartado por el Papa Francisco en 2019 luego de ser acusado de abuso de menores. A pesar de las sanciones impuestas por el Pontífice, Cipriani ha sido visto participando en actividades del Vaticano, como el cónclave, desafiando abiertamente las medidas disciplinarias que se le habían impuesto.
Un desafío directo al Papa Francisco
Juan Luis Cipriani, quien en 2019 fue destituido de sus funciones tras la denuncia de una presunta víctima de abuso de menores, ha violado públicamente las sanciones impuestas por el Papa Francisco. Entre las restricciones estaban su salida del país, su silencio en público, su alejamiento de la vida pública y la prohibición de usar los símbolos cardenalicios. A pesar de este castigo, Cipriani ha reaparecido en Roma durante las jornadas previas al cónclave, luciendo su vestimenta de cardenal y participando en ceremonias oficiales del Vaticano.
El silencio del Vaticano y la creciente preocupación interna
La reacción del Vaticano ha sido ambigua. En declaraciones recientes, el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, reconoció que el caso es conocido por el Colegio Cardenalicio, pero evitó detallar si se estaban evaluando medidas específicas contra Cipriani. La falta de acción concreta ante esta desobediencia ha desatado un debate interno sobre la efectividad de las sanciones papales.
Reacciones de líderes eclesiásticos y expertos en abuso
El cardenal Carlos Castillo, arzobispo de Lima, quien se encuentra en Roma, ha expresado su postura a favor de las víctimas de abuso y ha instado a Cipriani a abandonar las justificaciones y enfrentar la verdad. Mientras tanto, Hans Zollner, experto en casos de abusos dentro de la Iglesia, ha criticado la inacción del Vaticano, sugiriendo que la pasividad ante la desobediencia de Cipriani socava la credibilidad del sistema disciplinario de la Iglesia.
En 2019, tras recibir una denuncia por abuso de menores, el Papa Francisco ordenó la destitución de Cipriani, quien además fue apartado del ejercicio de su ministerio y de la vida pública. A pesar de aceptar estas medidas, Cipriani ha desobedecido de manera reiterada las sanciones, lo que ha generado una creciente inquietud dentro del Vaticano.
Este incidente no es aislado. Otros cardenales, como Roger Mahony y Jean-Pierre Ricard, también han sido acusados de encubrir abusos, aunque su presencia en actos oficiales ha sido limitada debido a su edad. No obstante, su participación en eventos del Vaticano ha sido denunciada por organizaciones como Bishops Accountability.
La desobediencia del cardenal Cipriani y la pasividad del Vaticano ante esta situación subrayan las tensiones internas dentro de la Iglesia Católica respecto a la disciplina eclesiástica. A medida que se acerca el cónclave, las controversias sobre cómo la Iglesia maneja los casos de abuso continúan generando debate, y muchos cuestionan la capacidad del Vaticano para abordar de manera efectiva estos escándalos.