Un terremoto de magnitud 7,7 sacudió Birmania este viernes, causando la destrucción de múltiples edificios e infraestructura. Las autoridades y equipos de rescate trabajan en medio del caos, mientras se teme un alto número de víctimas.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) informó que el sismo ocurrió a las 12:50 p. m. hora local (6:20 GMT). Debido a la magnitud del movimiento telúrico, el organismo emitió una «alerta naranja» por el elevado número de fallecidos y las considerables pérdidas económicas.
Caos y desesperación en las zonas afectadas
Naipyidó, la capital birmana, se encuentra entre las ciudades más afectadas. Residentes describen escenas de pánico y destrucción. «Todos los edificios están completamente destrozados (…) ha sido el caos», relató una mujer de 40 años a la agencia EFE.
Otra testigo narró el miedo que sintió al quedar atrapada en su hogar. «Fue espantoso. Me quedé atrapada en casa unos minutos, si se hubieran derrumbado las paredes, habría muerto», expresó a través de un mensaje en Facebook.
Balance preliminar y respuesta de emergencia
Las autoridades aún no han emitido un informe oficial sobre el número exacto de víctimas. Sin embargo, las estimaciones del USGS sugieren que la cifra de fallecidos podría ser de cientos. Equipos de emergencia continúan las labores de rescate en medio de la destrucción.
Las comunicaciones y el suministro eléctrico han resultado afectados en varias zonas del país, lo que complica la coordinación de los esfuerzos de ayuda. Organismos internacionales han mostrado su disposición para brindar asistencia humanitaria en las próximas horas.
Un país vulnerable ante desastres naturales
Birmania ha sufrido en el pasado los efectos de desastres naturales debido a su ubicación en una zona de alta actividad sísmica. La precariedad de su infraestructura agrava la vulnerabilidad de sus habitantes ante terremotos de gran magnitud.
Organizaciones de derechos humanos han alertado sobre la necesidad de una respuesta rápida para evitar una crisis humanitaria en el país, que enfrenta además desafíos políticos y económicos.
Vía EFE