El canciller de Venezuela, Yvan Gil, aseguró que la Misión de Determinación de los Hechos es un mecanismo para captar fondos de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y justificar acciones contra países soberanos.
Durante su intervención en la 58° sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Gil denunció que los informes de este organismo se utilizan como una herramienta para promover “intentos de intervención” en naciones que no se alinean con ciertos intereses geopolíticos.
Acusaciones contra la Misión de Determinación de los Hechos
El jefe de la diplomacia venezolana afirmó que estos informes buscan manipular la percepción internacional sobre la situación de derechos humanos en el país.
“La manipulación de informes en torno a los DDHH como maniobra para justificar agresiones económicas a través de la imposición de medidas coercitivas, arbitrarias e ilegales traducidas en bloqueos económicos, financieros e injerencia en asuntos internos de países soberanos”, declaró Gil.
El Gobierno venezolano ha rechazado en varias oportunidades los señalamientos de la Misión, argumentando que su trabajo responde a una agenda política impulsada por Estados Unidos y sus aliados.
Impacto de las sanciones en Venezuela
Las declaraciones de Gil se producen en un contexto de prolongadas sanciones internacionales contra Venezuela, las cuales han afectado sectores clave como el financiero, petrolero y comercial.
Diversos organismos han señalado que las sanciones han agravado la crisis económica del país, limitando su acceso a recursos y bloqueando transacciones internacionales.
Respaldo de aliados y próximos pasos
Venezuela ha recibido apoyo de países aliados que denuncian las sanciones como medidas unilaterales y violatorias del derecho internacional. Rusia, China y varios miembros del Movimiento de Países No Alineados han cuestionado la legitimidad de la Misión de Determinación de los Hechos y de los informes presentados ante la ONU.
El Gobierno venezolano reiteró su disposición a cooperar con organismos internacionales, pero sin aceptar “injerencias” en sus asuntos internos.
Vía Unión Radio.