Opinión
Pintores que sufrieron problemas mentales y estuvieron al borde del abismo (I)

Published
5 meses agoon

Edicta Gómez Merchán.– El mito dice que un gran artista siempre tiene cierto grado de locura. Ahora se han encontrado las primeras evidencias científicas de que esto podría ser hasta cierto punto verdad. Según pruebas neurológicas los individuos con personalidades esquizoides (gente caracterizada por un comportamiento y lenguaje extraño, pero no psicóticos) son más creativos que la gente normal y se apoyan más en la actividad del hemisferio derecho que el resto de la población para realizar sus labores artísticas. La falta de especialización de los hemisferios aumentaría la comunicación entre ambos, y explicaría la creatividad. Algunos de ellos dedicaron toda su vida a la pintura. Otros, representantes de la corriente artística del “art brut o arte marginal”, comenzaron a pintar en centros psiquiátricos, a raíz de su enfermedad mental. La esquizofrenia puede repercutir en los pintores aficionados o profesionales, de dos formas: anulando o estimulando la expresión artística.
VINCENT VAN GOGH (1853-1890)
Este artista holandés, uno de los más cotizados a nivel mundial, no vendió ni un solo cuadro durante su vida; ya que además de ser un desconocido, estuvo rechazado por la sociedad de su tiempo. “Yo no tengo la culpa que mis cuadros no se vendan, pero llegará el día en que la gente se dará cuenta que tienen más valor de lo que cuestan las pinturas”, expresó Van Gogh. Durante parte de su vida sufrió una enfermedad maníaco-depresiva. Este trastorno bipolar iba acompañado de alucinaciones auditivas y visuales, asociadas con temas religiosos y una epilepsia psicomotora caracterizada por un estado de confusión y amnesia. Pero durante la irrupción de la psicosis, su capacidad creadora se desarrolló tanto cuantitativamente como cualitativamente. De hecho, algunos de sus cuadros más famosos los pintó cuando estaba en la fase más aguda de su enfermedad, como cuando estuvo internado en el manicomio de Saint-Rémy. Así también un equipo de 30 investigadores, entre los que hay psiquiatras e historiadores, han analizado algunas de las cartas del artista en posesión del Museo Van Gogh de Ámsterdam e incluso se ha determinado, que el cuadro que pintaba Van Gogh el día que se pegó un tiro dice de su suicidio.
El pintor consumía habitualmente pintura amarilla en un intento de paliar los ataques que azoraban su cuerpo y mente, ya que le atribuía propiedades sedantes y antiepilépticas. Su color favorito era el amarillo, puesto que quería transmitir emociones por medio de los colores fuertes y vibrantes. En su paleta predominan los tonos azules y amarillos. Se ha planteado que Van Gogh presentaba varios problemas psiquiátricos: trastornos de la personalidad, trastorno bipolar con episodios de depresión e hipomanía, epilepsia y también esquizofrenia paranoica; aún en cuanto a las enfermedades que padecía, ha sido objeto de numerosas especulaciones, distintos autores han propuesto y han dado explicaciones tan diversas como porfiria aguda intermitente (grupo de enfermedades raras de transmisión hereditaria, que producen defectos de la función de unas proteínas, involucradas en el metabolismo de una sustancia importante, producida en el hígado, que se llama hemo), síndrome de Menier (Arenberg y Yasuda), intoxicación digitálica (Lee), intoxicación por consumo de serpentina (Bonkowsky y Gachet), intoxicación con absenta (numerosos), epilepsia (Evensen, Navratil, y esquizofrenia.
La noche del 23 de diciembre de 1888, el también artista Paul Gauguin llevaba unos meses colaborando con Van Gogh en su estudio en Arles. Estos hombres tuvieron una discusión y al amenazar Gaugain con irse, Van Gogh se cortó su oreja izquierda con una hoja de afeitar, y la envolvió en un pañuelo. El artista, con la cabeza vendada, entró a un prostíbulo de la ciudad de Arles, en el sur de Francia y le entregó la oreja a una joven que trabajaba limpiando el lugar. Los investigadores creen que el alcohol, la falta de sueño, el estrés y la mala relación con su amigo fueron el detonante del primer episodio psicótico registrado del artista; considerando que la versión más oficial sobre la razón por la que Van Gogh se mutiló la oreja aquella noche, es que el pintor en medio de una crisis existencial y posiblemente bajo los efectos de la absenta en exceso que consumía.
SÉRAPHINE LOUIS (1864-1942)
Conocida como Séraphine de Senlis. Su vida sigue siendo una desconocida. Es huérfana desde los 7 años. Algunos de sus rasgos característicos son su discreción y timidez; no hablaba con nadie. Dedicó su vida al trabajo, primero como pastora, después a servir, tanto en casas de la burguesía, como en un convento de monjas. Esta francesa comenzó a pintar a los 42 años, aunque nadie sabe ni cómo ni por qué, ya que no tenía ninguna formación académica. Su obra se compara con la de Vicent Van Gogh, pero no parece que haya recibido ninguna influencia de ningún pintor, por lo que se muestra única en su género. En 1912, el coleccionista alemán Wilhelm Uhde, descubridor de Picasso, Braque y Rosseau, se fijó en Séraphine durante su estancia en Senlis. Durante unos años, Séraphine se convirtió en la artista naïf (estilo artístico, que representa la realidad afectando la ingenuidad de la sensibilidad infantil, que se caracteriza por una gran simplicidad en las formas, el uso de colores muy vivos y el rechazo del academicismo técnico). Sus obras se dieron a conocer en la capital francesa y en los círculos vanguardistas. Pero Uhde fue perseguido por la Gestapo, y dejó de comprar sus pinturas. Séraphine cayó en la miseria y en el olvido. En 1932 la invadió la locura, y pasó los últimos diez años de su vida en un hospital psiquiátrico de Francia por psicosis, allí dejó de pintar. Desde entonces, su obra se sumió en la oscuridad. En 1942 muere de hambre en el psiquiátrico de Clermont, en la zona ocupada por los alemanes durante la II Guerra Mundial. Fue enterrada entre los anónimos, en una fosa común. Para su técnica pictórica mezclaba cera de abeja que encontraba en la Iglesia, tierra y su propia sangre, que extraía de sus heridas. En los cuadros de Séraphine no hay figuras humanas, ni se relatan historias. Sus obras se componen de radiantes e hipnóticos ramos de flores, hojas, plumas o frutas.
FRANCISCO DE GOYA (1746-1828)
Fue uno de los grandes maestros de la pintura española, el pintor de la corte y también el pintor de los horrores de la guerra, de los fantasmas del mundo y de la vida interior de los hombres. A los 46 años, Goya fue confinado a la cama, perdió la audición y estaba muy enfermo, los médicos no pudieron dar con un diagnóstico certero ya que su sordera podía tener varias justificaciones, como sífilis o envenenamiento por plomo. Sin embargo, el artista también presentó trastornos mentales que afectaron su trabajo. Las especulaciones sugieren que Goya padecía el Síndrome de Susac, una enfermedad que además de causar pérdida auditiva y visión, también causa problemas cerebrales y de equilibrio. Los ataques de alucinaciones y delirios también fueron frecuentes durante el período más crítico de la enfermedad del pintor. Retrató en sus obras la gravedad de la melancolía humana, con pinturas que representan el sufrimiento humano. Sebastián Martínez definió en su momento, los problemas de salud del pintor como un “mal que le hace a su cabeza, que es donde tiene todo su mal” y explicó que “el ruido en la cabeza y la sordera en nada han cedido, pero está mucho mejor de la vista y ya no tiene la turbación que tenía, que le hacía perder el equilibrio. Ya sube y baja las escaleras muy bien y por fin hace cosas que no podía”. A partir de estas referencias, se llegó a la conclusión que el artista nacido en Fuendetodos (provincia de Zaragoza) había padecido una crisis psicótica, algunos investigadores apuntan que fue de tipo esquizofrénico o de sífilis.
ADOLF WÖLFLI (1864-1930)
Este pintor, escritor, poeta y compositor suizo, está considerado como uno de los máximos exponentes del “arte marginal” o “art brut”, corriente artística en la que las obras están realizadas por enfermos mentales, ingresados en hospitales psiquiátricos que nunca han recibido ninguna noción artística. Este concepto es acuñado por el famoso escultor y pintor francés del siglo XX, Jean Dubuffet (1901-1985), que comenzó a coleccionar este tipo de obras y a divulgarlas. Wölfli tuvo una infancia traumática, fue víctima de abusos sexuales, y a los diez años se quedó huérfano. Pasó un año en la cárcel por estar acusado de abusar de menores. Y tras su liberación, por su psicosis y sus alucinaciones fue internado en un psiquiátrico hasta su muerte. Desde ese momento comenzó a pintar. Sus obras son geométricas, cercanas al arte tribal y recargadas de detalles hasta un horror vacui (“miedo al vacío”).
JOSEF FÖRSTER
Enfermo mental, nacido en 1878, vivió en un centro psiquiátrico en Ratisbona. Su única obra (1916) es modernista con estilo expresionista y es emblema de la Colección de Prinzhorn. Está compuesta de una figura masculina suspendida en el aire mientras sujeta con las manos unos largos zancos con el rostro cubierto. Representa a un hombre que ha perdido su propio peso y su comunicación con el mundo debido a la enfermedad, y por ello, tiene que proveerse de gravedad artificial. En la parte derecha de la imagen, Förster explica su obra: “Esto debe representar que, cuando uno no tiene ningún peso corporal que tenga que cargar, puede ir, entonces, a gran velocidad por el aire”.
GREBING (1879-1940)
Hombre de negocios de Magdeburgo (Alemania) se vio sorprendido por su enfermedad mental. En sus libros antiguos de contabilidad expresaba sus dibujos, tablas con extraños elementos, calendario y enigmáticos listados con números. Sus obras también recogidas en la Colección de Prinzhorn, buscaban el orden y la armonía. Su lógica ordenada conduce al absurdo. En Roma, Josef Grebing, decía que el hombre es pequeño y está rodeado de arquitectura romana, desde el Coliseo, hasta el anfiteatro o las catacumbas. Esta obra refleja el deseo de la armonía y el orden
ALOISE CORBAZ (1886-1964)
La suiza Aloïse Corbaz emigró a Alemania con 25 años para trabajar como institutriz particular. Pronto fue contratada como educadora infantil por Guillermo II, el último emperador alemán con el que viviría en el castillo de Postdam. Esta artista marginal se enamoró locamente del káiser, tanto es así, que le escribía poemas. En 1914, cuando se produjo la declaración de guerra, volvió a Lausanne con su familia. En 1918 le diagnosticaron esquizofrenia; desde ese año estuvo en un centro psiquiátrico donde comenzó a pintar hasta el último día de su muerte. Los soportes en los que pintaba eran muy variados y aprovechables, desde papeles, que recogía en el baño, hasta recortes de tela; páginas de revistas o cajas de cartón. Su obra es erótica, colorida, recargada y extravagante. En ella se recogen multitud de figuras humanas sobre todo, de mujeres con curvas y pelucas flotantes. La obra cumbre de la vocación teatral de Aloïse es el “Cloisonné de théâtre”, pintura de catorce metros de papeles cosidos los unos a los otros. Es la representación de la tragedia amorosa que la artista vivió antes de su internamiento.
MARTÍN RAMÍREZ (1895-1963)
Este pintor autodidacta mexicano, pasó las últimas tres décadas de su vida recluido, en un centro psiquiátrico en el norte de California. En 1930 le diagnosticaron esquizofrenia, depresión aguda, psicosis y catatonia (síndrome conductual caracterizado por una incapacidad para moverse normalmente; puede estar asociada con la esquizofrenia y otras enfermedades mentales), fue entonces cuando comenzó a pintar de manera habitual. Sus dibujos se caracterizan por la inventiva gráfica, la manipulación espacial (obsesionado por las puertas, arcos, los espacios vacíos) y la mezcla de la cultura popular mexicana, obtenida por la experiencia del artista. Está considerado, por su originalidad, como uno de los mejores pintores autodidactas del siglo XX.
LOUIS WAIN (1860-1939)
No todos los enfermos mentales proceden del “arte bruto” hay algunos que tienen formación artística y durante la enfermedad, en sus obras, se ha visto su proceso. Es el caso de Louis Wain, más conocido como el pintor de los gatos. A lo largo de su vida los pintó antropomórficos, de todas las formas, expresiones, tamaños y colores. A los 57 años, le detectaron esquizofrenia progresiva y autismo. Los últimos 15 años de su vida los pasó ingresado en un centro psiquiátrico. No dejó de dibujar, pero, con el paso de los años, sus gatos cada vez iban deformándose con expresión de alarma y con colores más llamativos, síntoma del progreso de su enfermedad.
WILLIAM KURELEK
Este artista canadiense vivió con sus padres, inmigrantes ucranianos, en una granja, pero la perdieron. A pesar que su familia se dedicaba a la tierra, Kurelek siempre se sintió atraído por la expresión artística. Tanto es así que estudió en dos escuelas de arte en Toronto y en México, y también escribió varios artículos. Cuando vivía en Inglaterra, con 25 años, le detectaron esquizofrenia, y desde ese momento ingresó en un hospital psiquiátrico en Londres, en el que pintó su obra más famosa, “The maze” (“El laberinto”), donde enseña sus problemas psíquicos y tristes pensamientos. La pintura representa al artista yacido en el suelo estéril, cerca de un campo de trigo, con la cabeza abierta en la que nos muestra los “problemas psíquicos” de su interior.
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE CASOS DE ESQUIZOIDES EN LOS PINTORES
Según los psicólogos, personalidades creativas como Vincent Van Gogh, Albert Einstein, Emily Dickinson e Isaac Newton tenían personalidades esquizoides. Folley y Park han realizado dos tipos de experimentos para comparar este tipo de personalidades. En el primer experimento se pidió a los voluntarios buscar nuevas funciones a objetos de uso cotidiano. Según los resultados los esquizoides fueron mejores a la hora de conseguir este objetivo que los demás. Los esquizofrénicos y la gente normal alcanzaron resultados similares. Los cuales ya han sido publicados por Brad Folley y Sohee Park en la revista Schizophrenia Research. Individuos con personalidades esquizofrénicas no tienen un pensamiento organizado y no pueden ser creativos porque sus ideas no son lo suficientemente coherentes como para crear, pero los esquizoides están libres de estas limitaciones, por lo tanto pueden crear.
En el segundo experimento se les pidió una tarea muy parecida, pero se hizo un seguimiento de la actividad cerebral a través de una técnica de espectrometría de infrarrojo cercano. Se observó que todos los individuos usan ambos hemisferios para crear, pero los esquizoides usaban el derecho mucho más que los otros tipos; Sin embargo, la idea que solo el hemisferio derecho interviene en la creatividad es falsa, pues siempre se usan ambos hemisferios cerebrales y los investigadores lo han probado al demostrar que todos usan los dos hemisferios a la vez durante estas labores, aunque los esquizoides usen mucho más la parte derecha que los demás individuos. Los investigadores dicen que la actividad extra del hemisferio derecho de las personalidades esquizoides, son el origen de su mayor creatividad. Se apoyan también en la teoría de Peter Brugger, que afirma que los esquizoides son mejores en el acceso a ambos hemisferios para asociaciones novedosas, permitiéndoles hacer estas asociaciones más rápido. Son, en general, ambidiestros debido a este hecho. Esto sugiere que emplean los dos lados a la vez para gran variedad de tareas a diferencia de las demás personas.
CONSULTAS
-https/wwwabc.es
Estefanía Magro / Madrid
Periódico Gente de Hoy: Noticias de política, economía, opinión, farándula, turismo, entretenimiento, hoteles, educación, mundo gastronómico, deportes y temas de investigación de relevancia en Estados Unidos, América Latina y el mundo.
