PARíS.- El Gobierno francés organizó este miércoles una reunión de crisis para el seguimiento de la huelga en las refinerías, que está extendiendo el desabastecimiento de las gasolineras y generando un pulso con los autores de la protesta que desborda al terreno político.
La «célula interministerial de crisis» reunió en la sede del Ministerio del Interior a miembros de todos los gabinetes y administraciones implicadas.
El anuncio de la puesta en marcha de esta célula llegó en paralelo al de que se ha activado la obligación de la vuelta al trabajo en los depósitos de combustible de la refinería que tiene ExxonMobil en Port Jérôme, en Normandía.
Se trata de una imposición de momento limitada, ya que únicamente afecta a «un pequeño número» de trabajadores de los depósitos de Port Jérôme para que pueda salir el combustible en dirección de las gasolineras, indicó el portavoz del Gobierno, Olivier Véran, en la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros.
El objetivo es «que se pueda desbloquear este centro de carburantes lo más pronto posible para recuperar una situación normal», señaló Véran, quien insistió en que el Ejecutivo ha querido actuar «con tacto y mesura».
La medida administrativa de excepción de la movilización de los trabajadores no concierne, por el momento, a la actividad de la refinería de Port Jérôme, ni a la otra refinería que ExxonMobil tiene en Francia, la de Fos sur Mer, cerca de Marsella, que se encuentra igualmente parada por la huelga.
EFE